Libby, Montana, siempre ha sido una ciudad maderera y minera, y su mayor auge de empleo se produjo en 1919, cuando se descubrió una cantera de vermiculita a pocos kilómetros de los límites de la ciudad, un mineral crucial para el aislamiento de los hogares, la ignifugación y otros usos lucrativos.
Este rentable hallazgo captó la atención de W.R. Grace and Company, que compró la mina en 1963. El negocio se disparó y la empresa pronto se convirtió en exportadora del 80% de la vermiculita del mundo. Sólo había una pega para W.R. Grace: La mina estaba contaminada con el polvo del mineral altamente tóxico y letal amianto.
W.R. Grace conocía bien estos peligros, e incluso habló de sus riesgos en memorandos privados. Pero para mantener sus beneficios, no se lo hicieron saber a ninguno de los mineros ni a los residentes de la ciudad. En vez de eso, tiraron sus residuos llenos de amianto en los patios de recreo, en los campos de béisbol y en las carreteras de la ciudad.
Hubo que esperar más de 2.000 enfermedades graves y que el 10% de la población muriera de cáncer y de cicatrices en los pulmones para que la empresa cerrara en 1990. Los ejecutivos de W.R. Grace tuvieron que pagar más de 250.000.000 de dólares para limpiar las 1.890 viviendas contaminadas. Fueron objeto de la friolera de 270.000 demandas, 120.000 de las cuales aún no han sido pagadas. La empresa fue incluso acusada de diez cargos por encubrir pruebas y causar más de 400 muertes. Como es demasiado común en procesos corporativos similares, los cargos fueron retirados en 2009.
Por suerte para los habitantes de Libby, la EPA ha sustituido ahora a W.R. Grace como empleador número uno de la ciudad, y ha reducido la concentración de amianto en el aire en un 10.000%. Lamentablemente, los riesgos siguen existiendo: los niños de la ciudad tienen instrucciones de buscar signos de amianto siempre que estén en público o en casa, un concepto bastante aterrador para cualquier padre.
Desde la investigación, sin embargo, ha ocurrido algo bastante singular en Libby. Ya que la EPA ha considerado a Libby como la primera «emergencia de salud publica» en la historia de los Estados Unidos, cualquier residente en Libby (y el pueblo vecino de Troy) diagnosticado con DRA (Enfermedad Relacionada con el Asbesto) fue considerado inmediatamente elegible para la cobertura completa de Medicare de un solo pagador proporcionada por el gobierno de los Estados Unidos.