Todo el mundo sabe lo que es un imán, pero no todos entienden las propiedades magnéticas y cómo se ven afectadas por el tiempo, la temperatura, el desgaste y los campos magnéticos externos.
- Tipos de imanes
- Imanes permanentes
- Desgaste del imán
- Elección del imán adecuadoHay muchos factores que intervienen en la elección del mejor imán para cada aplicación. Entre ellos están el coste, la fuerza magnética necesaria, la resistencia a la corrosión, la forma y la temperatura de funcionamiento. Si le resulta difícil encontrar el imán adecuado para su aplicación, envíenos los detalles de lo que necesita y permítanos recomendarle el mejor imán para su aplicación.
Tipos de imanes
Los imanes pueden ser permanentes, conservando su alineación magnética después del magnetismo, o temporales, como los electroimanes que pierden su magnetismo cuando se elimina el campo magnético. Varios materiales presentan propiedades magnéticas, entre ellos:
– Hierro: Se utiliza para los electroimanes, así como en un imán permanente
– Óxidos de hierro: Hematita, magnetita y óxido férrico
– Níquel: Magnético a temperaturas moderadas
– Cobalto: Conserva el magnetismo a altas temperaturas
– Aleaciones: Ciertas aleaciones de hierro, níquel o cobalto
– Tierras raras: Imanes de samario y neodimio
Imanes permanentes
Los imanes permanentes se fabrican habitualmente con una combinación de materiales. Los tipos más comunes son:
– Ferrita: Conocido como imán cerámico y fabricado con ferrita de estroncio, barato y resistente a la corrosión pero frágil y difícil de mecanizar. Se puede utilizar hasta 250 °C.
– Alnico: Aleación de aluminio, níquel, hierro y cobalto con buena resistencia a la corrosión y práctico hasta 425 °C.
– Neodimio: Potentes imanes de neodimio fabricados con neodimio, hierro y boro, a menudo chapados o revestidos de epoxi para mejorar la resistencia a la corrosión y limitados a 200 °C.
– Samario: Fabricados con cobalto y samario, caros, potentes, resistentes a la corrosión y soportan temperaturas de hasta 350 °C.
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Plástico: Un imán permanente en polvo unido con termoplásticos. Excelentes propiedades mecánicas pero limitadas a 120 °C.
Desgaste del imán
Un imán puede desgastarse y hay que tenerlo en cuenta. Los factores que causan la pérdida de propiedades magnéticas incluyen:
– Erosión: La fuerza magnética depende directamente de las dimensiones físicas, por lo que el desgaste y las piezas rotas provocan una menor fuerza magnética. Un imán de ferrita es especialmente vulnerable al astillamiento.
– Corrosión: Altera la estructura física forzando a los dominios magnéticos a separarse y favoreciendo la pérdida de orientación.
– Temperatura elevada: Los materiales magnéticos pierden magnetismo al calentarse, pero recuperan el magnetismo al enfriarse siempre que la temperatura máxima sea inferior a su temperatura de Curie. Por encima de la temperatura de Curie, un imán pierde permanentemente todo o parte de su magnetismo.
– Campos magnéticos externos: Los campos magnéticos fuertes y opuestos pueden hacer que los dominios magnéticos pierdan su orientación y se relajen en un estado de energía inferior en el que no están alineados. Esta tendencia puede reducirse añadiendo materiales que ayuden a constreñir los dominios magnéticos en la orientación correcta.
– Tiempo: Aunque un imán se debilita con el tiempo, la tasa de desmagnetismo natural depende de la temperatura de funcionamiento y de los campos magnéticos externos y tarda muchos años siempre que el imán se mantenga por debajo de su temperatura máxima de funcionamiento.Elección del imán adecuadoHay muchos factores que intervienen en la elección del mejor imán para cada aplicación. Entre ellos están el coste, la fuerza magnética necesaria, la resistencia a la corrosión, la forma y la temperatura de funcionamiento. Si le resulta difícil encontrar el imán adecuado para su aplicación, envíenos los detalles de lo que necesita y permítanos recomendarle el mejor imán para su aplicación.