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• ¿Qué es la ansiedad?
• ¿Qué es la depresión?
• La co-ocurrencia de la depresión y los trastornos de ansiedad
• ¿Son iguales o diferentes?

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta fisiológica normal al estrés que está diseñada para alertarnos de los peligros en nuestro entorno inmediato. Los trastornos de ansiedad se diferencian de la ansiedad no patológica en que se caracterizan por sentimientos excesivos de miedo que repercuten en el funcionamiento diario de la persona.

A menudo, las personas con un trastorno de ansiedad evitan activamente la situación o el estímulo que les provoca el miedo, lo que conduce a la interrupción del rendimiento laboral o escolar o del funcionamiento social.

Aunque hay muchas formas diferentes de trastorno de ansiedad, incluyendo la ansiedad social, la fobia específica, el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de ansiedad generalizada, cada uno con un conjunto específico de criterios diagnósticos, todos comparten los siguientes componentes básicos:

• Ansiedad que es desproporcionada con respecto a la situación o el estímulo, o inapropiada para la edad,
• Suficientemente grave como para obstaculizar el funcionamiento de alguna manera.

Los trastornos de ansiedad son la forma más común de enfermedad mental, con una prevalencia a lo largo de la vida de aproximadamente el 33% dentro de la población general. Tanto el trastorno de ansiedad como la depresión son trastornos mentales clínicamente comunes.

¿Qué es la depresión?

La depresión es un trastorno común del estado de ánimo caracterizado por un estado de ánimo bajo, sentimientos de tristeza y una pérdida de interés en las actividades cotidianas que persiste en el tiempo y afecta al funcionamiento diario.

Aunque es común, es una enfermedad médica grave que puede afectar a la forma de pensar y actuar de las personas y puede disminuir la capacidad de una persona para funcionar emocional, física, social y laboralmente. Los síntomas de la depresión pueden variar de leves a graves y a menudo incluyen:

• Sentimientos de tristeza o irritabilidad,
• Pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras,
• Cambios en los patrones de sueño
• Cambios en el apetito o el peso
• Cambio en el nivel de actividad, caracterizado por agitación o retraso psicomotor
• Pérdida de energía
• Deterioro de la capacidad de concentración o de toma de decisiones
• Sentimientos de culpa o inutilidad
• Pensamientos de suicidio o de autolesión.

Aunque la mayoría de las personas no experimentan todos estos síntomas, al menos cinco deben estar presentes durante la mayor parte del día durante al menos dos semanas para recibir un diagnóstico de depresión.

La co-ocurrencia de la depresión y los trastornos de ansiedad

Los estudios de la población general muestran que la depresión y la ansiedad coexisten comúnmente, mientras que las tasas de comorbilidad en las muestras clínicas son aún mayores.

En un estudio de más de mil individuos que recibían tratamiento ambulatorio para los trastornos de ansiedad, el 57% tenía al menos un trastorno comórbido actual, más comúnmente un trastorno del estado de ánimo.

En un estudio similar de 1.004 pacientes de atención primaria de salud mental con un trastorno de ansiedad, más de dos tercios también cumplían los criterios diagnósticos de depresión.

¿Igual o diferente?

Dado que la depresión y la ansiedad están fuertemente vinculadas, y comparten etiologías, factores de riesgo y marcadores genéticos similares, algunos investigadores se han planteado si son manifestaciones diferentes de un único proceso subyacente.

Un estudio que apoya esta hipótesis utiliza una encuesta de 313 pacientes ambulatorios con diversos trastornos de ansiedad y depresión.

Usando el análisis de componentes principales, una técnica estadística utilizada para detectar patrones fuertes en los datos, identificó un proceso patológico central que vincula la ansiedad y la depresión.

Los procesos que comparten numerosos trastornos psicológicos se denominan transdiagnósticos y tienen importantes implicaciones para el tratamiento. Los modelos de tratamiento transdiagnóstico son más eficientes de entrenar y aplicar que los modelos específicos de diagnóstico múltiple, a la vez que conservan la eficacia terapéutica.

Sin embargo, este enfoque puede confundir la asociación entre los síntomas simplificando en exceso su relación y ocultando las diferencias clave.

Por ejemplo, las técnicas estadísticas más avanzadas y modernas, como el análisis de redes, demuestran que los síntomas de la depresión se organizan en una «arquitectura dinámica»; los cambios en la gravedad de un síntoma conducen a que otros síntomas cambien en la misma dirección, un hallazgo que denominan «propagación de los síntomas».

Además, ciertos síntomas provocaban una mayor propagación que otros.

Este efecto se conoce como la perspectiva de los síntomas causales y ha contribuido en gran medida a la comprensión de la comorbilidad psiquiátrica durante la última década.

Un análisis en red de los datos de más de mil pacientes admitidos en la atención psiquiátrica hospitalaria, modeló los síntomas de la ansiedad y la depresión para investigar la fuerza de las asociaciones de los síntomas entre los dos trastornos.

Los síntomas individuales de la depresión y la ansiedad se asociaron más fuertemente con otros síntomas dentro de cada trastorno que con los síntomas entre los trastornos. Esto sugiere que la depresión y la ansiedad son trastornos similares, aunque distintos.

Se está trabajando para comprender mejor la relación entre la depresión y la ansiedad.

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Citaciones