La definición técnica
La curiosidad es un fuerte deseo de conocer o aprender; tener un interés por una persona, cosa o experiencia que lleva a hacer una investigación.
¿Qué significa eso?
Ser curioso puede manifestarse en la actividad de hacer preguntas, pero también puede ser una posición desde la que uno aborda su vida. Todd Kashdan, profesor asociado de Psicología en la Universidad George Mason y autor de ¿Curioso? Discover the Missing Ingredient to a Fulfilling Life, ha hecho su carrera sobre la base de ser curioso y llama cariñosamente a la curiosidad «un motor de crecimiento». Cree que para encontrar el propósito y el sentido de la vida, hay que ser curioso, dedicarse a la experimentación y utilizar todo lo que se puede obtener de las muchas pruebas y errores de la vida. Cree que es a partir de nuestra apertura -y no de nuestra cerrazón- que somos capaces de desarrollar profundidad y riqueza en nuestra existencia.
Es importante señalar que ser curioso no implica necesariamente que uno tenga poco conocimiento sobre un tema o que sea necesario indagar más para desarrollar una opinión; más bien, la curiosidad es la idea de que uno está simplemente abierto a aprender los matices de lo desconocido, y al hacerlo, espera ampliar y profundizar su ámbito de comprensión.
¿Cómo puedo utilizar esto en mi vida?
- La curiosidad nos mantiene frescos y relevantes. Hay una cita popular de un autor desconocido que dice: «El día que dejas de aprender es el día que mueres». Una vida sin aprender material nuevo sería como ver la misma película una y otra vez, ¿y qué sentido tendría eso? Como adultos, probablemente podemos aprender de los niños pequeños que acaban de descubrir el mundo y que se preguntan incesantemente «¿Por qué?»
- La curiosidad nos ayuda en la toma de decisiones. Cuanto más conocimiento obtenemos de nuestros esfuerzos de curiosidad, más recursos informativos tenemos para aprovechar cuando necesitamos pensar críticamente sobre un problema o tomar una decisión importante.
- La curiosidad puede ser útil para navegar por las discusiones o confrontaciones. Es habitual que las personas eviten las discusiones sobre temas en los que pueden estar en desacuerdo, como la religión o la política. Imagínese por un momento que durante una discusión polémica, usted o la otra parte implicada fueran capaces de asumir una postura de curiosidad. Las investigaciones han revelado que quienes pudieron hacerlo se sintieron fortalecidos por su capacidad de hacer que la otra persona se sintiera escuchada. También se informaron mejor sobre la perspectiva contraria y experimentaron una mayor empatía por la otra persona y su punto de vista, lo que dio lugar a una importante disminución de la hostilidad entre las partes. Sabiendo esto, considere el efecto que tendría el hecho de ser curioso durante un conflicto con su cónyuge o pareja en su capacidad para resolver el conflicto.