Se trataba de «la tortuga punk», un reptil excéntrico y a la vez extrañamente humano, con un mohicano verde intenso, «dedos» carnosos bajo la barbilla y la capacidad de respirar por sus genitales. La tortuga del río Mary se hizo viral en abril, cuando se compartieron en todo el mundo fotos de esta criatura hasta ahora poco conocida, después de que fuera incluida en el puesto 30 de la lista de reptiles evolutivamente distintos y en peligro de extinción de la Sociedad Zoológica de Londres. La clasificación, que orienta las prioridades de conservación de las especies en peligro, fue elaborada por Rikki Gumbs. Dice que la fascinación por las tortugas «se volvió absolutamente loca» tras su publicación, ya que recibió llamadas de periodistas de todo el mundo. Los reptiles suelen pasar desapercibidos, pero la conexión que muchos sintieron por el animal no sorprende a Gumbs. «Es lo mínimo que se merecen estos increíbles reptiles», dice. «Una vez que la gente puede ver lo increíbles y únicos que son, no es de extrañar que se sientan atraídos por ellos».
La tortuga llegó a estar en peligro de extinción porque se recolectó ampliamente para el comercio de mascotas en los años sesenta y setenta. Esta recolección está ahora prohibida, pero la tortuga se enfrenta a una nueva amenaza. Sólo se encuentra en una parte relativamente pequeña del río Mary, en Queensland, Australia, y está en peligro por la pérdida y degradación de su hábitat. Las plantas no autóctonas le impiden desovar en las orillas arenosas del río; los zorros y perros no autóctonos la depredan.
Cuando la tortuga se hizo famosa, se imprimieron y vendieron camisetas, y la escena musical punk de Melbourne celebró un concierto para recaudar fondos. Un crowdfunder ha recaudado más de 15.000 dólares australianos (8.500 libras) para ayudar a conservar la especie y su hábitat. El pico de la tortuga se alcanzó cuando Cate Blanchett puso la voz a una marioneta de la tortuga Mary River en un vídeo de campaña de la Wilderness Society para salvar a los animales «feos». «Aquello estuvo muy bien y fue bastante surrealista», dice Gumbs.
Gumbs celebra el tratamiento de Hollywood para estas «especies desvalidas», pero la irrupción de la tortuga punk en los focos no ha cambiado sustancialmente su suerte. «A pesar de toda esta gran atención mediática, todavía no ha habido ninguna acción real por parte del gobierno australiano para cambiar nada, lo que es una verdadera lástima», afirma.
No existe una protección formal para ningún reptil en Australia ni un «plan de recuperación de especies» para la tortuga, a pesar de que el gobierno australiano redactó por primera vez en 2013 un plan de recuperación basado en los ríos para especies como la tortuga del río Mary. Aunque el entonces gobierno laborista asignó 2,4 millones de dólares australianos (1,4 millones de libras esterlinas) durante seis años para mejorar la salud del río Mary, el plan no se ha promulgado.
Según una organización benéfica local para el medio ambiente, solo costaría 40.000 dólares australianos (23.000 libras esterlinas) al año salvar a la tortuga. Gumbs señala que otras especies, como la tortuga de pantano occidental de Australia, también están en peligro. A pesar de la gran publicidad, dice, «los reptiles siguen siendo completamente ignorados».
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