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Las propuestas para resolver el segundo problema han avanzado más, pero aún no se han aprobado.

Propuesta de 1923Editar

Una regla astronómica para la Pascua fue propuesta por el Congreso Pan-Ortodoxo de Constantinopla de 1923 que también propuso el calendario juliano revisado: La Pascua debía ser el domingo siguiente al día de medianoche a medianoche en el meridiano de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén (35° 13′ 47,2″ E o UT + 2h 20m 55s para la cúpula pequeña) durante el cual se produce la primera luna llena después del equinoccio de primavera.

Aunque el instante de la luna llena debe ocurrir después del instante del equinoccio de primavera, puede ocurrir en el mismo día. Si la luna llena ocurre en domingo, la Pascua es el domingo siguiente. Esta regla astronómica propuesta fue rechazada por todas las iglesias ortodoxas y nunca fue considerada por ninguna iglesia occidental.

Propuesta de 1997Editar

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) propuso una reforma del método de determinación de la fecha de la Pascua en una cumbre celebrada en Alepo, Siria, en 1997: la Pascua se definiría como el primer domingo siguiente a la primera luna llena astronómica que sigue al equinoccio vernal astronómico, determinado desde el meridiano de Jerusalén. La reforma se habría aplicado a partir de 2001, ya que en ese año las fechas oriental y occidental de la Pascua coincidirían.

Esta reforma no se ha llevado a cabo. Habría contado principalmente con la cooperación de la Iglesia Ortodoxa Oriental, ya que la fecha de la Pascua cambiaría para ellos inmediatamente; mientras que para las iglesias occidentales, el nuevo sistema no diferiría del actualmente en uso hasta 2019. Sin embargo, el apoyo de los ortodoxos orientales no se produjo y la reforma fracasó. El impacto mucho mayor que esta reforma habría tenido en las iglesias orientales en comparación con las occidentales llevó a algunos ortodoxos a sospechar que la decisión del CMI era un intento de Occidente de imponer su punto de vista unilateralmente al resto del mundo bajo la apariencia de ecumenismo. Sin embargo, también se podría argumentar que es justo pedir un cambio significativo a los cristianos orientales, ya que simplemente estarían haciendo los mismos cambios sustanciales que las distintas Iglesias occidentales ya hicieron en 1582 (cuando la Iglesia católica adoptó por primera vez el calendario gregoriano) y en años posteriores para que el calendario y la Pascua estuvieran más en consonancia con las estaciones.

Propuestas 2008-2009Editar

En 2008 y 2009, hubo un nuevo intento de llegar a un consenso sobre una fecha unificada por parte de los líderes católicos, ortodoxos y protestantes. Este esfuerzo se basa en gran medida en el trabajo anterior realizado durante la conferencia de Alepo de 1997. Fue organizado por académicos que trabajan en el Instituto de Estudios Ecuménicos de la Universidad de Lviv.

Parte de este intento estuvo supuestamente influenciado por los esfuerzos ecuménicos en Siria y Líbano, donde la Iglesia greco-melquita ha desempeñado un importante papel en la mejora de los vínculos con los ortodoxos. También hay una serie de fenómenos de apariciones conocidos como Nuestra Señora de Soufanieh que ha instado a una fecha común de Pascua.

Propuestas 2014-2016Editar

En mayo de 2015, en el aniversario del encuentro entre él y el papa Francisco, el papa copto Tawadros II escribió una carta al papa Francisco pidiéndole que considerara hacer un esfuerzo renovado en una fecha unificada para la Pascua.

En respuesta, el 12 de junio de 2015, el Papa católico Francisco comentó en el Tercer Retiro Mundial de Sacerdotes de los Servicios Internacionales de la Renovación Carismática Católica en la Basílica de San Juan de Letrán en Roma que «tenemos que llegar a un acuerdo» para una fecha común en la Pascua. Lucetta Scaraffia , historiadora, escribiendo en el diario vaticano L’Osservatore Romano, dijo que el Papa ofrece esta iniciativa de cambiar la fecha de la Pascua «como un regalo de unidad con las otras iglesias cristianas», añadiendo que una fecha común para la Pascua fomentaría «la reconciliación entre las iglesias cristianas y … una especie de dar sentido al calendario». Una semana después, Aphrem II, el patriarca sirio ortodoxo de Antioquía, se reunió con el papa Francisco y señaló que la celebración de la Pascua «en dos fechas diferentes es una fuente de gran malestar y debilita el testimonio común de la iglesia en el mundo.»

En enero de 2016, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, anunció que él, en nombre de la Comunión Anglicana, se había unido a las discusiones con representantes católicos, coptos y ortodoxos sobre una fecha fija para la Pascua, y que esperaba que ocurriera en los próximos cinco a diez años. Welby ha sugerido que la Pascua se fije en el segundo o tercer domingo de abril en relación con el calendario gregoriano. Esta propuesta está pendiente de aprobación, especialmente por parte de las iglesias orientales que actualmente determinan la Pascua utilizando el calendario juliano.

Según las normas internacionales, el Domingo de Pascua termina la semana que contiene el Viernes Santo y la semana del segundo domingo de abril tiene el número ordinal 14 o 15 (letras dominicales D/DC, E/ED, F/FE y GF, es decir, el 46,25% de los años), por lo que el tercer domingo es una semana respectiva más tarde. Actualmente no hay ninguna propuesta pública en discusión que utilice una semana fija del año para la Pascua y las fiestas dependientes. El segundo domingo de abril suele ser el 15º domingo del año (excepto para la letra dominical G, 10,75%), que casi siempre es también el domingo siguiente al segundo sábado de abril (excepto para la letra dominical AG, 3,75%).