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El desarrollo de tu bebé
A las cuatro semanas de embarazo, tu bebé (ahora un embrión) está formado por dos capas de células: el epiblasto y el hipoblasto. Con el tiempo, éstas se convertirán en todos los órganos y partes del cuerpo del bebé.
Otras dos estructuras que se desarrollan ahora son el amnios y el saco vitelino. El amnios, lleno de líquido amniótico, rodeará y protegerá al embrión en crecimiento. El saco vitelino producirá sangre y ayudará a nutrir al embrión hasta que la placenta asuma esa función.
Tu cuerpo
El embrión sigue implantándose en tu útero, enterrándose en lo más profundo del endometrio. Algunas mujeres tienen ligeros calambres y manchado durante esta semana mientras se produce la implantación. Es posible que lo confundan con una menstruación, sobre todo porque se trata de la época en la que debería venir la regla.
Una vez implantado, el embrión empieza a producir una hormona llamada gonadotropina coriónica humana (hCG), que ayuda a mantener el revestimiento del útero. También envía una señal al ovario para que deje de liberar un óvulo cada mes, lo que interrumpe la menstruación.
La hCG es la hormona que se mide en las pruebas de embarazo. Esta semana, una prueba de embarazo probablemente podría detectar tu embarazo. La hCG también provoca los síntomas del embarazo, que podrían comenzar ahora. El cansancio, el hormigueo o el dolor en los pechos, o las náuseas también pueden ocurrir con el síndrome premenstrual (SPM). Pero al final de esta semana, tu periodo no se producirá. En cambio, ¡tu embarazo está en marcha!
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