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La oración es una de las cosas más desinteresadas que puedes hacer por una persona. Es sacar tiempo del día, tu tiempo, para ponerlos en primer lugar. Es una forma de estar agradecido por ellos y pedir bendiciones, sabiduría, protección, etc. en su nombre.

Muchas veces, cuando oramos, nos vemos envueltos en nuestras propias necesidades. A veces, la oración se convierte en una lista de lavandería, un «necesito, dame, dame» ante Dios.

Dar un paso atrás para orar por otra persona no sólo es quitarse a uno mismo del centro de atención, sino también entregar esa persona a Dios. Su camino, su relación contigo, todo es de Él cuando rezas por ellos.

Renunciar al control de esa manera es un acto desinteresado, y no muchos lo igualan. Te saca a ti mismo del proceso de toma de decisiones, de la ecuación, no importa lo desesperadamente que queramos estar. Quita todo el poder que creemos tener, aunque no tengamos ninguno para empezar, y lo pone voluntariamente a los pies de Dios.

Si amas a un hombre, tu novio, prometido, marido, pareja, reza por él. Es el mejor regalo que puedes hacer, los mejores pensamientos que puedes tener y enviarle, la forma más importante de estar ahí para él.

Si lo amas, puedes darle consejos y ayudar a guiarlo cuando lo necesite. Sin embargo, reza también por él y pide sabiduría. Tus conocimientos y consejos serán imperfectos, pero Dios conoce toda su situación y le concederá la sabiduría necesaria para navegar por esta vida.

Si le amas, puedes animarle y levantarle el ánimo cuando esté decaído. Sin embargo, reza también por él y pide ánimo y esperanza. Tus palabras para él pueden significar mucho, pueden ser las más importantes que escuche, pero sin el poder de Dios detrás de ellas siguen siendo sólo palabras. Dios puede conceder la paz, la esperanza y la alegría como ningún otro.

Si le quieres, puedes celebrar con él los buenos momentos. Sin embargo, reza por él y agradece a Dios por los logros – porque vienen de Él. Alabe a Dios en sus oraciones y déle gloria, porque Él es quien ha bendecido a su hombre con los buenos momentos.

Si lo ama, dígale y recuérdele que lo ama todo el tiempo. Sin embargo, reza por él y reza por el amor que le muestras. Reza por vuestra relación, para que sea bendecida por Dios. Ora para que ustedes dos tengan un amor que refleje el amor que Dios tiene por ustedes.

La oración no es lo único que debes hacer por tu hombre, el amor de tu vida. Apóyalo, anímalo, ríe y llora con él, sé su amigo, ámalo como a un compañero.

Sin importar la situación, incluye la oración. Ora para alabar, ora para llorar, ora para pedir, ora por el motivo que sea.

Amas a tu hombre y quieres lo mejor para él, y el único que realmente sabe lo que es mejor es Dios. Rezar es uno de los actos más amorosos, si no el más amoroso, que harás por tu novio.

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