Stephen VI (o VII), (nacido, Roma-muerto en julio/agosto de 897, Roma), papa de mayo de 896 a agosto de 897.
La época en la que fue elegido como sucesor del papa Bonifacio VI se vio desgarrada por las facciones lideradas por los aristócratas romanos y por los gobernantes de Nápoles, Benevento, Toscana y Espoleto (de cuya familia gobernante Esteban era miembro). Guy, duque de Spoleto, había sido coronado a regañadientes (891) emperador del Sacro Imperio Romano por el papa Esteban V (VI), y el hijo de Guy, Lamberto, había sido coronado coemperador por el papa Formoso. Ambos pontífices anteriores habían preferido al rey franco oriental Arnulfo, y en 896 Formoso abandonó a los espoletanos y coronó a Arnulfo como emperador del Sacro Imperio Romano, lo que desencadenó un tormentoso conflicto entre las facciones enfrentadas. Tras el pontificado de dos semanas de Bonifacio, Esteban, entonces obispo de Anagni, fue elegido papa, y el partido de los espoletanos se hizo con el control de Roma.
Esteban era partidario de Lamberto, quien le indujo a realizar uno de los acontecimientos más espeluznantes de la historia papal: el «Sínodo de los Cadáveres» (o Synodus Horrenda). Los espoletanos estaban tan impulsados por el odio a Formoso que llevaron a cabo un concilio sin precedentes (897) en el que el cadáver de Formoso fue desenterrado y sometido a juicio. Entre las acusaciones contra Formoso estaba la de haberse trasladado de forma no canónica de la sede episcopal de Oporto a la de Roma (la ley eclesiástica vigente prohibía el traslado de un obispo de una sede a otra). Sin embargo, el verdadero propósito del juicio era el apaciguamiento y la satisfacción de la enemistad política; los espoletanos acusaban a Formoso, como líder de la facción rival, de haber coronado a un descendiente ilegítimo de Carlomagno después de haber coronado a Lamberto. Inevitablemente, el partido de Esteban buscó la destrucción de la facción de Formoso.
Stephen ordenó que el cadáver de nueve meses se vistiera con los ornamentos papales y se apuntalara en el trono papal. Luego procedió a anular el pontificado de Formoso y a declarar nulos sus actos (incluyendo las órdenes sagradas que había conferido). Como Formoso había nombrado a Esteban obispo de Anagni, la anulación liberó a Esteban de las acusaciones de irregularidad en su traslado de la sede de Anagni a Roma.
Stephen concluyó el juicio ordenando que el cadáver fuera arrastrado por las calles y arrojado al río Tíber.
En pocos meses una insurrección destituyó a Stephen de su cargo. Privado de las insignias papales, fue encarcelado y estrangulado, pero su partido encontró otro líder en el papa asesino Sergio III. Siguieron doce años de sangre, intrigas y terror.