Para entender mejor de dónde viene el olor, y cómo controlarlo, ayuda saber un poco sobre las glándulas sudoríparas. Los seres humanos tienen dos tipos diferentes de glándulas sudoríparas: las glándulas ecrinas y las glándulas apocrinas. Las glándulas sudoríparas ecrinas se encuentran en gran número en las plantas de los pies, las palmas de las manos, la frente, las mejillas y las axilas. Estas glándulas producen grandes volúmenes de sudor acuoso, generalmente inodoro. La hiperhidrosis, o sudoración excesiva, afecta a las glándulas ecrinas.
Las glándulas apocrinas son diferentes. Se encuentran en las axilas y en la región genital. Producen un líquido espeso y viscoso, generalmente invisible. Cuando este fluido entra en contacto con las bacterias de la superficie de la piel, produce un potente olor característico.
Típicamente, las personas que sufren de hiperhidrosis primaria (hiperhidrosis no relacionada con otra condición médica y no relacionada con la toma de un medicamento) no tienen problemas inusuales con el olor corporal. Esto se debe a que el gran volumen de sudor que producen sus cuerpos proviene de sus glándulas ecrinas y ese sudor tiende a lavar las bacterias y el sudor apocrino. Sin embargo, el olor corporal puede producirse si una persona suda esporádicamente y el sudor se deja secar en la piel. En esta circunstancia, el sudor apocrino tendría la oportunidad de reaccionar con las bacterias en la piel y producir olor. Si tiene un problema de olor, con o sin hiperhidrosis, el primer paso es mantener seca la zona del cuerpo en cuestión. Los antitranspirantes, los polvos y los cambios frecuentes de ropa pueden ayudar en este sentido. El siguiente paso es lavarse regularmente con un jabón antibacteriano como Dial, Safeguard o Zest. Para enmascarar el olor, puede ser útil un desodorante (muchos antitranspirantes también incluyen desodorantes). A veces, los cambios en la dieta también pueden ayudar. Si estos métodos no funcionan, consulte a un dermatólogo u otro profesional médico.
Si tiene un fuerte olor de pies, la humedad y las bacterias «normales» del cuerpo pueden no ser los únicos problemas. El olor extremo de los pies suele estar causado por el crecimiento excesivo de otro tipo de bacterias. A esta bacteria le gusta especialmente el entorno cálido y húmedo de los pies. Para ayudar a resolver el problema, hay que abordar tanto las bacterias como la humedad. Para controlar la humedad, cámbiese los zapatos y los calcetines con frecuencia y utilice polvos o antitranspirantes como se ha recomendado anteriormente. Si es necesario, un dermatólogo o podólogo puede ayudarle a encontrar otras formas de controlar la humedad de los pies. Si cree que tiene una sudoración excesiva en los pies (hiperhidrosis plantar), lea nuestro contenido completo aquí. Para ayudar a controlar las bacterias, lávese con un jabón antibacteriano y deseche los zapatos o calcetines húmedos y malolientes. Además, lo más probable es que sea necesario que acuda a un médico, como un dermatólogo o un podólogo. Él o ella puede prescribir un antibiótico tópico u oral.
Aunque el olor puede ser muy embarazoso, hay ayuda disponible. Por favor, no sufra en silencio. Hable con un podólogo, dermatólogo u otro médico sobre sus preocupaciones y utilice los consejos anteriores para empezar a controlar mejor el olor.