El dolor y la sensibilidad en la cara palmar y cubital de la muñeca en la zona del hueso pisiforme es bastante común. El dolor crónico en la zona pisiforme puede deberse a una tendinitis de la inserción del flexor carpi ulnaris, a fracturas óseas o a la osteoartrosis de la articulación pisotriquetral, que es la segunda artritis degenerativa más común en la muñeca después de la osteoartrosis escafotrapezoidal (Fischer, 1988, Radiologe 28:338-344). La escisión subperiostal del hueso pisiforme se realiza habitualmente después de un tratamiento inicial no operativo sin éxito (Carroll y Coyle, 1985, J. Hand Surg. 10:703-707; Johnston y Tonkin, 1986, Clin. Orthop. 210:137-142; Nüesch et al., 1993, Handchir. Mikrochir. Plast. Chir. 25:42-45). Aunque los resultados postoperatorios parecen ser bastante buenos, los investigadores no habían tenido en cuenta anteriormente el posible mal funcionamiento basado en la escisión. El objetivo de este estudio era mejorar nuestra comprensión del papel de la articulación pisiforme y pisotriquetral en la transferencia de fuerzas dentro del carpo. En una primera parte se examinaron 112 articulaciones pisotriquetrales mediante un análisis cualitativo, cuantitativo y densitométrico de las superficies articulares. En segundo lugar, se realizaron pruebas mecánicas para investigar la distribución de fuerzas dentro del pisiforme y la articulación pisotriquetral. Los resultados demuestran que el pisiforme contribuye mecánicamente a la estabilidad de la columna cubital de la muñeca. El pisiforme, y su mecanismo anatómico único de sujeción, cumple dos funciones principales. Mantiene el triquetrum en una posición correcta y evita su subluxación incluso en extensión extrema. Además, actúa como punto de apoyo (hipocondrio) mientras transduce las potentes fuerzas del antebrazo a la mano. La escisión del pisiforme debería ser reconsiderada.

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