Todos tenemos nuestros momentos de ansiedad o momentos en los que estamos deprimidos. Es normal sentir estas emociones cuando estamos en situaciones de estrés. Generalmente, esta ansiedad o depresión desaparece una vez que las condiciones mejoran y la vida vuelve a ser menos agitada. Sin embargo, para millones de personas, la ansiedad o la depresión pueden prolongarse. Puede empeorar con el tiempo e incluso empezar a interferir en su trabajo, sus estudios o sus relaciones. Cuando se llega a este punto, es probable que la persona tenga un trastorno de ansiedad o del estado de ánimo que requiera tratamiento.

Aunque entre 20 y 40 millones de estadounidenses padecen estos trastornos, sólo un tercio de ellos busca ayuda; sin embargo, estas afecciones son altamente tratables.

Las personas que padecen depresión u otros trastornos del estado de ánimo suelen obtener mejores resultados con una combinación de psicoterapia y medicación. La ayuda y el alivio de la ansiedad se obtienen a través de terapias como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la atención plena.

La mayoría de las veces, alguien que se somete a un tratamiento para la depresión o la ansiedad verá a su terapeuta una o dos veces a la semana durante sesiones de 30 a 60 minutos. Estas sesiones suelen durar de tres a cuatro meses, pero pueden prolongarse mucho más en función de la gravedad del trastorno de la persona. Sin embargo, un concepto relativamente nuevo en psicoterapia, llamado terapia intensiva ambulatoria, se muestra prometedor para ayudar a los pacientes a mejorar más rápidamente.

¿Qué es la terapia intensiva ambulatoria?

La terapia intensiva ambulatoria es una terapia enfocada que se da en sesiones de tratamiento más largas. Por ejemplo, el tratamiento intensivo puede concentrarse en sesiones diarias de tres horas impartidas cinco días seguidos durante un período de dos a cuatro semanas.

Al igual que en una sesión de psicoterapia tradicional, el tratamiento intensivo utiliza métodos como la TCC, la atención plena y la exposición, respuesta y prevención (ERP). La idea de las sesiones intensivas es enseñar estrategias para disminuir los síntomas de la persona y proporcionarle apoyo, pero hacerlo dentro de un marco que le permita vivir en casa y continuar con sus actividades familiares o personales.

Un programa de terapia intensiva ambulatoria incluye:

  • Planificación integral del tratamiento
  • Aprendizaje del reconocimiento de conductas no saludables
  • Métodos y práctica para ayudar a pedir y obtener apoyo
  • Aprendizaje de estrategias y habilidades de afrontamiento
  • Creación de habilidades para resolver problemas con éxito
  • Sesiones de seguimiento para reforzar estas nuevas habilidades

Aunque la terapia intensiva es bastante nueva, la investigación está demostrando que es tan beneficiosa como la terapia a largo plazo o la terapia centrada en el paciente. Un estudio de 2012 realizado por Ritschel, Cheavens y Nelson en la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory informó que «las puntuaciones de depresión y ansiedad disminuyeron significativamente y las puntuaciones de esperanza aumentaron significativamente durante el curso del tratamiento».

Si está buscando un programa intensivo, asegúrese de que cualquiera que elija utiliza terapeutas que han sido altamente capacitados en el tratamiento de la ansiedad y la depresión. Además, es conveniente que el programa sea individualizado para usted. Debe sentir una conexión con el terapeuta y éste debe trabajar con usted para desarrollar un plan específico para sus necesidades con el fin de maximizar el resultado de su tratamiento.

¿Quién se beneficiaría de la terapia intensiva para pacientes externos?

A veces una persona puede luchar contra los síntomas de la depresión o la ansiedad mientras sigue siendo capaz de funcionar en su vida diaria. En otras ocasiones, alguien puede necesitar una terapia más centrada y apoyo. El tratamiento intensivo en régimen ambulatorio funcionaría para ambas personas.

La terapia intensiva también beneficia a quienes no les resulta práctico ver a un terapeuta durante varios meses o a quienes han probado la terapia tradicional pero no han tenido el éxito que esperaban. También puede proporcionar un manejo rápido y eficaz en alguien con síntomas graves que ha dejado de trabajar o estudiar para su recuperación.

Para ser más eficaces, quienes participan en la terapia intensiva deben:

  • Asegurarse de asistir a todas las sesiones. Esto puede ser difícil si tienen días malos, pero obtendrán el máximo beneficio si acuden a todas las citas.
  • Darse tiempo para procesar lo que están aprendiendo.
  • Tratarse a sí mismos con delicadeza mientras aprenden que no pasa nada por cometer errores
  • Confiar en la terapia y en el terapeuta.

El aprendizaje de habilidades de afrontamiento y el manejo eficaz de los síntomas puede continuar de forma intermitente durante la vida. A veces la gente necesita un «refuerzo» incluso después de la terapia intensiva, pero confiar en que los psicoterapeutas y el tratamiento ayudarán puede ayudar a reducir y manejar rápidamente la ansiedad y la depresión de moderada a severa.

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