MORPHEUS: Me imagino que ahora mismo te sientes un poco como Alicia, cayendo por la madriguera del conejo.
Neo no puede evitar estar de acuerdo.
Pongámonos en los zapatos de Neo por un momento (ah, tienen bastante brillo). Nos han hackeado el ordenador, nos han sellado la boca con nuestra propia piel, nos han pinchado, luego todo ha sido un sueño, luego nos han depurado (¿entonces no era un sueño?) y ahora nos encontramos con esa figura parecida a una deidad llamada Morfeo de la que sólo hemos oído rumores.
Suena demasiado extraño para ser real (bueno, no es técnicamente real, pero eso no viene al caso). Pero Morfeo aún no ha terminado. Cuando ofrece a Neo la posibilidad de elegir entre varias píldoras, vuelve a aludir a Alicia, diciendo:
MORFEO: si tomas la píldora roja, te quedas en el País de las Maravillas. Y te muestro hasta dónde llega la madriguera del conejo.
Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, el libro más conocido de Lewis Carol, trata de una niña que viaja a un… lugar muy extraño. Realmente no hay otra forma de decirlo, tendrás que leerlo por ti mismo porque es todo un viaje.
Morfeo está comparando la experiencia de Neo con la de Alicia por todas las cosas increíbles que le están sucediendo. Antes, Trinity le dice a Neo que «siga al conejo blanco». Acaba viendo un elegante tatuaje de un conejo blanco en el hombro de una fiestera llamada Dujour y, haciendo caso al espeluznante mensaje instantáneo de Trinity, la sigue.
En Alicia en el País de las Maravillas, Alicia encuentra el País de las Maravillas siguiendo a un simpático conejito blanco (que corre por el «mundo real» con un chaleco con reloj y preocupado por su tardanza. Ya sabes, el típico conejo) que la lleva a la madriguera donde comienza la aventura.
Así que el conejo blanco es algo más que el tatuaje de Dujour, es una metáfora de seguir la propia curiosidad hasta una tierra imposible. Lo que hace que esta metáfora sea especialmente interesante es que Neo, en cierto modo, ya está en el País de las Maravillas. Está a punto de salir de la madriguera del conejo… y se va a llevar una sorpresa.
Bueno, por el lado bueno, al menos no tiene que comer de una seta mágica para cambiar de tamaño, eso habría sido otra película.