La hormona gonadotropina coriónica humana (hCG) es conocida como la «hormona del embarazo» porque empieza a segregarse cuando se produce la implantación y es fundamental para que el embarazo se desarrolle correctamente. Asimismo, es la clave para saber si una mujer está embarazada o no en las primeras semanas de gestación.

La hormona gonadotropina coriónica humana se empieza a segregar a los pocos días de implantarse el ovulo fecundado en el útero. El encargado de segregarla en primer lugar es el trofoblasto, es decir, el grupo de células que forman la capa externa del blastocisto (célula embrionaria) y que en torno a la semana 12 de embarazo se convertirá en la placenta. A partir de ese momento, será la placenta la encargada de seguir segregando esta hormona durante todo el embarazo hasta el parto.

En una mujer no embarazada, los niveles de hCG suelen estar en torno a los 5 mUI/ml, y gradualmente van aumentando en los días posteriores a la implantación. Así, una semana después de la concepción están entre los 10 y los 50 mIU/ml y pueden llegar a 210.000 mUI/l entre el segundo y tercer mes de embarazo, cuando alcanza su pico máximo. A partir de ahí comienza a descender y se mantiene en torno a los 15.000 mIU/ml hasta el parto. Una vez nace el bebé, van poco a poco disminuyendo hasta que unos 10 días después están igual que antes del embarazo.

Funciones de la hormona del embarazo

– Mantener la producción de la hormona progesterona y evitar un aborto espontáneo.

– Impedir que el organismo considere al embrión como un «intruso» y reaccione negativamente.

Más datos sobre la Hgc

La mayoría de expertos considera que estos niveles tan elevados de la hormona gonadotropina coriónica humana entre las semanas 5ª y 12ª de embarazo son los responsables de las náuseas del embarazo, ya que coinciden justo con el periodo de más náuseas en la mayoría de mujeres.

Además, la hGC es la encargada de confirmar si una mujer está embarazada o no ya que es la hormona que se busca en los análisis de sangre y con la que reaccionan los test de embarazo. En los análisis de sangre se puede detectar entre 6 y 8 días después de la fecundación. Mientras que los test de orina no suelen ser tan precisos y generalmente hay que esperar unas 2 semanas, aunque hay algunos que a los 10 días ya pueden detectar niveles de hGC de 25mUI/ml, confirmando ya el embarazo.

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