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No hay cura para el TPA, pero hay muchos tratamientos que pretenden mejorar la eficacia de la comunicación diaria. Al tratarse de un problema neurológico, no puede tratarse con medicamentos.

Un plan de tratamiento exitoso para el TPA incorpora muchos enfoques diferentes.

Modificaciones ambientales: Estas modificaciones se dividen en dos tipos, de abajo a arriba y de arriba a abajo, y tienen como objetivo crear un entorno de escucha y aprendizaje redundante.

  • Las modificaciones ambientales de abajo a arriba, que se basan en la acústica, incluyen: tecnología de asistencia auditiva, intervenciones arquitectónicas para reducir la reverberación y asientos preferentes lejos del ruido adverso.

  • Las modificaciones ambientales descendentes, que cambian la forma en que se imparte la información, incluyen: comprobar la comprensión, complementar el discurso verbal con señales visuales, reducir la velocidad del habla, repetir la información clave, proporcionar instrucciones escritas y proporcionar un anotador.

Patología del habla y el lenguaje (logopedia): Debido a que los niños con APD luchan con la discriminación de sonidos -diferenciar entre sonidos similares- los patólogos del habla (SLP) pueden ayudarles a percibir estos sonidos mejor y más claramente. Los SLP también pueden ayudar a los niños a mejorar la percepción de los sonidos individuales (fonemas) en las palabras, lo que puede ayudarles a leer, a emplear habilidades de escucha activa y a utilizar un lenguaje apropiado en situaciones sociales.

Estrategias de compensación: A los individuos con APD se les pueden enseñar habilidades para compensar la débil capacidad de escucha. Los ejemplos incluyen enseñar al paciente a ser más proactivo cuando se encuentra en un entorno de aprendizaje, como solicitar una aclaración, pedir a una persona que repita las instrucciones o utilizar un dispositivo de grabación.

Entrenamiento auditivo: Esta intervención trata directamente de mejorar la función del proceso o procesos auditivos afectados abordando las habilidades auditivas. El entrenamiento puede ser formal o informal:

  • El entrenamiento auditivo formal utiliza estímulos grabados (por ejemplo, tonos, ruido, habla, dígitos) presentados a través de un dispositivo de audio. Los estímulos pueden dirigirse a través de un audiómetro para su control. El rendimiento se puntúa periódicamente y la dificultad del entrenamiento se modifica para acercar el rendimiento al criterio.

  • El entrenamiento auditivo formal no utiliza el control de los estímulos con un audiómetro; en su lugar, se presentan cara a cara en lugar de reproducirse desde una grabación en un dispositivo.

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