El equinovaro congénito es una deformidad compleja que afecta tanto al tobillo como al pie. Aunque el equinismo es la deformidad del tobillo más obvia y que se presenta, y que suele tratarse con manipulaciones en serie, yesos y cirugía, el valgo del tobillo es un problema más insidioso y que a menudo se pasa por alto y que evoluciona con el crecimiento. Con una alta prevalencia (67% en esta serie), puede, en algunos casos, mejorar los efectos del varo residual del retropié. Más comúnmente, puede dar lugar a la prominencia del maléolo medial, al desplazamiento lateral de las fuerzas reactivas al suelo, a la compresión de la porción lateral de la epífisis distal de la tibia, al pinzamiento del peroné y al desgaste excesivo del calzado. Si se confunde con un valgo del retropié («pie zambo sobrecorregido»), puede resultar una cirugía inadecuada del retropié. Aunque se puede temporizar con ortesis, las opciones de tratamiento definitivo incluyen la epifisiodesis maleolar medial o, en pacientes maduros, la osteotomía supramaleolar. Recomendamos realizar una radiografía anteroposterior de los tobillos con carga en cualquier paciente que presente un valgo y se sospeche que tiene un equinovaro congénito sobrecorregido, especialmente si se contempla una intervención quirúrgica. Si se observa una deformidad en valgo en el tobillo, la cirugía del retropié puede estar contraindicada.

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