En el caso de la enfermedad de moderada a grave, los tratamientos dirigidos a la enfermedad articular en la APS pueden reducir los síntomas y evitar la progresión de la enfermedad. Los tratamientos recomendados incluyen los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (conocidos como DMARD). El primer paso para los tratamientos suelen ser los DMARD, como el metotrexato, la leflunomida o la sulfasalazina. Otros tratamientos incluyen medicamentos dirigidos al factor de necrosis tumoral (TNF), una sustancia química que produce una amplia gama de inflamación en la APs. Algunos ejemplos de bloqueadores del TNF son etanercept (Enbrel), adalimumab (Humira), infliximab (Remicade), golimumab (Simponi) y certolizumab pegol (Cimzia). Otros FAME que han demostrado su eficacia en ensayos clínicos son ustekinumab (Stelara), brodalumab (que está pendiente de aprobación por la FDA) y secukinumab (Cosentyx). 1 La FDA también ha aprobado recientemente Inflectra (infliximab-dyyb), un biosimilar del infliximab, para el tratamiento de la artritis psoriásica.8

La fisioterapia y la terapia ocupacional pueden ser enfoques de tratamiento fundamentales tanto para proteger las articulaciones afectadas como para mantener la función. Un programa de fisioterapia suele incluir diversos ejercicios y estiramientos, aplicación de calor y/o frío, aparatos ortopédicos, dispositivos de ayuda para la marcha y posibles reajustes profesionales.2

La atención quirúrgica puede estar indicada para la enfermedad grave. La cirugía artroscópica de la cápsula sinovial ha demostrado ser eficaz, y ocasionalmente son necesarias la sustitución articular o la cirugía reconstructiva.2

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