Solemnidad de la Epifanía del Señor
6 de enero-Solemnidad
(Trasladada al primer domingo después del 1 de enero en los países donde esta fiesta no es Día de Obligación)
Color litúrgico: Blanco/Dorado
El catolicismo hizo el multiculturalismo antes que nadie
La fiesta de la Epifanía se ha considerado tradicionalmente más importante desde el punto de vista teológico que casi cualquier otra fiesta, incluida la Navidad. Los primeros cristianos sólo contaban con las Escrituras, y no con la riqueza de la tradición que tenemos hoy en día, para marcar los grandes acontecimientos de la vida de Cristo. Así, la Semana Santa y la Pascua, el Bautismo del Señor, Pentecostés y la Epifanía saltaron de las páginas de la Escritura como grandes acontecimientos que merecían ser celebrados. Estas pocas fechas se convirtieron en puntos fijos del calendario y posteriormente se rodearon a lo largo de los siglos de otras numerosas fiestas y santos.
Dos lecciones de la visita de los Reyes Magos merecen ser consideradas. La primera es que los regalos de los Reyes Magos se entregaron después de la Navidad. Muchas culturas católicas conservan la antigua tradición de dar regalos en la Epifanía, no en la propia Navidad. Esta tradición separa el nacimiento de Cristo de la entrega de regalos. Cuando estas dos cosas -el nacimiento de Cristo y la entrega de regalos- se juntan en el mismo día, se produce una confusión de prioridades, y el nacimiento de Cristo nunca gana. Esperar a intercambiar regalos hasta el 6 de enero permite que el Niño Dios tenga el escenario para sí mismo durante un día. Hace esperar a la gente, especialmente a los niños, una rareza moderna en el mundo occidental. La entrega de regalos pospuesta hasta el seis de enero hace que la temporada navideña sea larga y pausada y tiene el beneficio de la tradición y la buena teología también.
Otra gran lección de los Reyes Magos es más teológica: que una religión verdadera debe serlo para todos, no sólo para algunos. La verdad no es geográfica ni se limita a las fronteras. La verdad, por su naturaleza, vence a la falsedad. Los Magos son los primeros no judíos, o gentiles, que adoran a Cristo. Nos dicen que el campo de misión de Cristo es el mundo entero, no sólo Tierra Santa. La Iglesia está obligada para siempre, pues, a enseñar, predicar y santificar en todo el mundo. Los Reyes Magos lo abren todo. El verdadero Dios y su Iglesia deben encender un fuego en las almas chinas, en las almas árabes, en las almas africanas y en las almas sudamericanas. Esto puede llevar hasta el final de los tiempos, pero el cristianismo tiene el tiempo a su favor. Los Reyes Magos dan testimonio personal de la universalidad de la Iglesia, una de sus cuatro marcas. La Epifanía es el inicio de la sociedad multicultural, multilingüe, multiétnica y unida por la fe que la Iglesia católica concibe como la única fuente de verdadera unidad humana. El catolicismo inició el multiculturalismo y la diversidad sin sacrificar la unidad y la verdad.
Balthasar, Caspar y Melchor, vuestras mentes estaban preparadas para recibir una verdad mayor. Veamos en vosotros un ejemplo de santa curiosidad, de peregrinaje por la luz hacia la luz. Cuando descubristeis vuestro tesoro, pusisteis vuestros dones como homenaje. Que nuestra búsqueda también encuentre. Que nuestro peregrinaje también termine en la verdad seguida del amor.
Más lecturas:
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