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Una de las cantantes populares más influyentes, Waters comenzó su carrera trabajando en el vodevil. Como consecuencia, su repertorio tenía una base más amplia y una orientación más popular que el de muchos de sus contemporáneos. Se dice que fue la primera cantante que interpretó en público el «St. Louis Blues» de W. C. Handy, y que más tarde popularizó canciones con influencia del blues y el jazz como «Stormy Weather» y «Travelin’ All Alone», obteniendo también un gran éxito con «Dinah». Grabó por primera vez en 1921, y en sus primeras sesiones estuvo acompañada por artistas como Fletcher Henderson, Coleman Hawkins, James P. Johnson y Duke Ellington. Significativamente, para su aceptación en los círculos blancos, también grabó con Jack Teagarden, Benny Goodman y Tommy Dorsey.

Waters interpreta «Heat Wave» en «As Thousands Cheer» de Irving Berlin.»

Desde finales de los años 20, Waters apareció en varios musicales de Broadway, como «Africana», «Blackbirds of 1930», «Rhapsody in Black», «As Thousands Cheer», «At Home Abroad» y «Cabin in the Sky», en la que introdujo varias canciones divertidas como «I’m Coming Virginia,»Baby Mine», «My Handy Man Ain’t Handy No More», «Till the Real Thing Comes Along», «Suppertime», «Harlem on My Mind», «Heat Wave», «Got a Bran’ New Suit» (con Eleanor Powell), «Hottentot Potentate» y «Cabin in the Sky».» En los años 30, paró el espectáculo regularmente en el Cotton Club de Harlem con «Stormy Weather», y apareció en el Carnegie Hall en 1938. Hizo algunos papeles dramáticos en el teatro y apareció en varias películas, como «On with the Show», «Check and Double Check», «Gift of the Gab», «Tales of Manhattan», «Cairo», «Cabin in the Sky», «Stage Door Canteen», «Pinky», «Member of the Wedding» y «The Sound and the Fury». En los años 50 apareció en la serie de televisión estadounidense BEULAH durante un tiempo, y tuvo su propio espectáculo en Broadway, «An Evening with Ethel Waters» (1957).

A lo largo de los años 60 y hasta mediados de los 70 cantó como miembro de la organización que acompañaba al evangelista Billy Graham. Aunque estaba menos considerada en los círculos del blues y el jazz que Bessie Smith o Louis Armstrong, en los años 30 Waters trascendió los límites de estas formas musicales con mucho más efecto que cualquiera de estos artistas y extendió su influencia por toda la música popular. Innumerables jóvenes aspirantes emularon su sofisticado y cadencioso estilo vocal y su legado perduró en la obra de sucesoras destacadas e, irónicamente, a menudo más conocidas, como Connee Boswell, Ruth Etting, Adelaide Hall, Mildred Bailey, Lee Wiley, Lena Horne y Ella Fitzgerald. Incluso Billie Holiday (con la que Waters no estaba muy impresionada, comentando: «Canta como si le apretaran los zapatos»), reconoció su influencia. La carrera de Waters, una cantante alegre y animada con una voz ligera y atractiva que a menudo sonaba «más blanca» que la de la mayoría de sus contemporáneos, fue una lección de determinación y empuje interior. Sus terribles problemas de la infancia y su agitada vida temprana, relatados en la primera parte de su autobiografía, HIS EYE IS THE SPARROW, fueron superados gracias a la valentía y a la aplicación de su gran talento.

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HIS EYE IS THE SPARROW, Ethel Waters.
TO ME IT’S WONDERFUL, Ethel Waters.