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¡Hay un montón de artículos por ahí diciéndote que salgas y empieces un negocio! Pero la verdad es que no todo el mundo debería empezar un negocio. Si más del 80% de las pequeñas empresas que fracasan hubieran dudado y considerado por qué se meten en el negocio, probablemente tendríamos menos empresas y más éxitos en las que existen. Si alguna de estas razones le suena, no necesita convertirse en empresario:

1. Estás huyendo de algo

Déjame adivinar: odias tu trabajo, y sabes que podrías hacer un trabajo mucho mejor que tu jefe dirigiendo una empresa así. O no te va bien en tus revisiones de rendimiento, pero asumes que es culpa de todos menos de la tuya. La idea de montar un negocio es el paraíso: tú llevarías las riendas y podrías escapar de lo que te aqueja. No es una buena razón. Tienes que correr hacia el emprendimiento si quieres tener éxito. De lo contrario, sólo estarás escondiéndote de tus problemas y creando más, ya que tus razones para emprender un negocio son, en el mejor de los casos, poco sólidas.

hombre con la mano en la cabeza

© Scott Griessel – Fotolia.com

2. Quieres control

Acéptalo: eres un fanático del control. La cocina tiene que limpiarse de una manera determinada, y si un proyecto en el trabajo no está a la altura, haces que tu personal lo vuelva a hacer. Al dirigir tu propio negocio, tendrías un control total sobre todo… o no. En realidad, poner en marcha un negocio puede hacerte sentir que tienes menos control. No puedes controlar cuándo te pagan los clientes, ni siquiera si quieren comprar tu producto. No puedes obligar a tus empleados a hacer las cosas según tus locas expectativas.

3. Quieres ganar millones

Hay esta bruma de glamour sobre la creación de un negocio, y no sé de dónde viene. Unas cuantas historias de éxito han puesto estrellas en los ojos de la gente y les hacen pensar que pueden empezar fácilmente un negocio y hacerse súper ricos. Piensa en el pequeño negocio medio: ¿crees que tu fontanero se está haciendo rico? ¿Y la zapatería de la esquina? Los empresarios millonarios existen, pero son raros. Tienes que reajustar seriamente tus expectativas.

4. Quieres convertirte en un encanto de los medios de comunicación

Estás harto de ver a Richard Branson en las noticias, y sabes que tú podrías recibir la misma atención… si sólo fueras un empresario de éxito como él. Pero, querida, déjame decirte que hacen falta años de trabajo y dedicación, por no hablar de un equipo de relaciones públicas de primera, para llegar al nivel de Branson. Una vez que empieces a hablar con los medios de comunicación, te darás cuenta rápidamente de que no les importas tú ni tu marca.

5. Quieres pasar más tiempo con tu familia

Si te parece bien iniciar un pequeño negocio de estilo de vida, como tejer ropa de bebé y venderla en Etsy, probablemente puedas utilizar esta excusa. Pero date cuenta de que tener más tiempo significa que ganarás menos dinero que con tu trabajo actual. Son pocos los que dominan el hecho de tener tiempo y dinero en la gestión de un negocio. Además, si trabajas desde casa para pasar tiempo con los niños, no podrás centrarte plenamente en tu negocio.

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6. Tu hermano quiere emprender un negocio contigo

Tiene una gran idea y quiere que te sumes a ella. El problema es que no estáis de acuerdo en todo. Pero los dos tenéis los ojos muy abiertos por todo el dinero que podéis ganar y estáis pasando por alto ese evidente obstáculo. (Véase el punto 3) Emprender un negocio con un miembro de la familia puede funcionar, pero tenéis que ser buenos socios antes de llegar a ese punto.

7. Te apasiona, pero no tienes rumbo

Te gusta mucho ayudar a los animales, así que piensas que es una buena idea poner en marcha un servicio de acogida. Sólo que no tienes ni idea de cómo dirigir un negocio o comercializarlo. Seguro que son habilidades que puedes adquirir por tu cuenta, pero tienes que preguntarte si hay otras formas de cumplir con esa pasión que no alteren tu vida, reduzcan tus ingresos y aumenten tu estrés.

8. Supones que puedes conseguir un préstamo bancario

No tienes ni uno o dos años de gastos personales y de negocio reservados en tu cuenta de ahorros, pero confías en que puedes conseguir un préstamo para una pequeña empresa. No estés tan seguro: los bancos suelen ser reacios a financiar negocios nuevos y no probados, lo que significa que si acabas de renunciar a tu trabajo, tal vez quieras volver a llamar a tu antiguo jefe.

9. Todo lo que tienes es una idea realmente increíble

O al menos, crees que es increíble. No la has consultado con nadie ni has hecho ningún estudio de mercado para ver si la gente realmente pagará por ella, ¡pero estás seguro de que lo harán! Estás preparando tu propia muerte si empiezas un negocio sin saber siquiera quién va a comprar tu producto.

Empezar un negocio no es algo que deba tomarse a la ligera. Es una decisión importante en la vida, y una que debe ser capaz de ver a través de un futuro previsible. Controle sus expectativas sobre cuándo ganará su primer millón, y sepa que va a necesitar mucho sudor, persistencia y paciencia para hacerlo crecer.

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