Contrariamente a lo que mucha gente cree, el ácido láctico no es el culpable del dolor muscular después del entrenamiento. El ácido láctico es lo que se produce durante el propio entrenamiento, cuando se siente esa sensación de ardor en los músculos. Cuando tu cuerpo está trabajando a su máxima capacidad, tus músculos no son capaces de obtener suficiente oxígeno para convertir los alimentos en energía, lo que hace que el ácido láctico se produzca y se acumule en el músculo, provocando esa sensación de ardor. Sin embargo, las pruebas realizadas sobre el contenido de ácido láctico en los músculos inmediatamente después de que haya cesado el ejercicio muestran que el ácido láctico se elimina rápidamente del sistema, por lo que esto no es lo que causa el dolor después de su entrenamiento.
En cambio, el dolor después del entrenamiento se debe a muchos pequeños micro-desgarros en el propio músculo. Este es un proceso natural que el cuerpo experimenta para construir más músculo. El término técnico para este dolor muscular es Dolor Muscular de Inicio Retrasado (DOMS). Durante los dos o tres días que el cuerpo tarda en reparar el músculo (y en el proceso de construir más músculo), es probable que se sienta dolorido y menos capaz de entrenar a su máxima capacidad.