Este problema es más frecuente en las mujeres, debido al uso de zapatos apretados e inflexibles.
Causas:
La razón básica es una presión o tensión constante sobre el hueso. Los zapatos con la parte trasera rígida, como los zapatos de vestir, las bombas, los patines, etc., presionan en la parte posterior del talón y son una de las principales causas del desarrollo de estas dolorosas protuberancias.
Un tendón de Aquiles tenso provoca un tirón excesivo repetido en su punto de unión, lo que conduce a la formación de espolones del talón.
Un arco alto conduce a la inclinación hacia atrás del hueso del talón, lo que hace que la protuberancia del talón sea más prominente y susceptible a la presión de los zapatos.
Una tendencia a caminar sobre el exterior del talón también se considera un factor contribuyente significativo.
Un pie con sobrepronación cambiará la línea de tracción del tendón de Aquiles y tensará su fijación.
Síntomas:
Formación de una protuberancia visible en la parte posterior del talón, que es sensible al tacto
La protuberancia roza con la parte posterior del zapato al caminar o correr, causando dolor
Los tejidos blandos y la piel subyacentes también pueden inflamarse, provocando hinchazón y dolor en la zona.
La fricción repetida del calzado apretado también puede provocar el engrosamiento de la piel subyacente (formación de callos).
Diagnóstico:
Los síntomas y la exploración clínica ayudan a determinar la causa del problema. Las radiografías ayudan a analizar la estructura del hueso del talón y a diferenciar la afección de otras causas de dolor en la zona retrocalcánea.
Tratamiento:
El tratamiento conservador está destinado a resolver los síntomas dolorosos; sin embargo, no tiene ningún efecto sobre la exostosis retrocalcánea en sí.
Evitar los zapatos con respaldos rígidos o correas que presionen la zona
Las alzas de talón ayudan a elevar el talón fuera del zapato, evitando el contacto de la zona sensible con la parte posterior del zapato
Utilizar almohadillas para reducir la fricción
Utilizar AINE y aplicar compresas de hielo, para contrarrestar el dolor y la inflamación
En caso de arcos altos, el uso de dispositivos de plantillas como soportes de arco ayuda a reducir la tensión en el talón.
Los ejercicios de estiramiento ayudan a relajar un tendón de Aquiles tenso y a reducir la presión en la parte posterior del talón.
Plantillas para corregir cualquier anomalía del pie (sobrepronación)
Se aconseja el tratamiento quirúrgico en casos crónicos. Puede consistir en la extirpación de la protuberancia sola (exostectomía) o en la extirpación de la protuberancia junto con una parte del calcáneo (osteotomía del calcáneo). Este último procedimiento da mejores resultados. Es posible que haya que desprender el tendón de Aquiles y volver a unirlo durante la intervención
El pie se inmoviliza durante unas seis semanas después de la cirugía. Como el tendón de Aquiles tiene un escaso riego sanguíneo, la zona necesita más tiempo para curarse adecuadamente. Los cuidados postoperatorios son imprescindibles para evitar complicaciones.