Aunque existen evidencias de pobladores a lo largo del río Nilo que datan de hace casi 120.000 años, la historia del antiguo Egipto se divide generalmente en tres grandes períodos de estabilidad: el Reino Antiguo, el Reino Medio y el Reino Nuevo. Estos fueron separados por períodos intermedios de inestabilidad política y seguidos por el Período Tardío.
El Reino Antiguo, que comenzó en el tercer milenio antes de Cristo, se considera el primer gran período de prosperidad y estabilidad política de Egipto. Los faraones del Reino Antiguo, ayudados por un sistema de administradores eficientes, encargaron una serie de proyectos de irrigación a gran escala que condujeron a excedentes en alimentos y comercio. También crearon una burocracia encargada de recaudar impuestos y administrar un sofisticado sistema de justicia, y encargaron varias pirámides y otros proyectos de construcción a gran escala. El Reino Antiguo terminó hacia el 2200 a.C. tras una serie de sequías y luchas políticas que llevaron al colapso del gobierno egipcio.
Después de casi dos siglos de estancamiento político e inestabilidad económica conocidos como el Primer Periodo Intermedio, el Reino Medio de Egipto marca otro periodo de gran prosperidad. A partir del año 2030 a.C., los faraones de la undécima dinastía, tras una serie de exitosas campañas militares para asegurar su poder, promovieron proyectos de irrigación alrededor del Nilo que crearon una gran prosperidad económica. Junto con esta prosperidad y el mayor desembolso de riqueza, los egipcios de alto rango que no pertenecían a la familia inmediata del faraón exigieron el acceso al más allá. Como resultado, varios nobles y sacerdotes egipcios fueron momificados y enterrados durante este periodo. El Reino Medio terminó alrededor del año 1650 a.C. después de que una serie de cosechas insuficientes debilitaran el poder del faraón.
El Segundo Periodo Intermedio, marcado por una serie de gobernantes débiles y extranjeros, fue seguido por el Nuevo Reino de Egipto. Los faraones del Nuevo Reino iniciaron un período de prosperidad promoviendo alianzas diplomáticas con sus vecinos. El Nuevo Reino terminó tras una serie de derrotas militares y disturbios internos que debilitaron el poder del faraón, que fue sustituido por el creciente poder del sacerdocio.
El Tercer Periodo Intermedio fue otro periodo caracterizado por gobernantes extranjeros, guerras y luchas políticas. Le siguió el Período Tardío, en el que Egipto sirvió de vasallo a varios gobernantes extranjeros diferentes.
Adaptado de
Material inédito de la DMA.